!!!REGRESAN LOS BOLOS!!!

Para un cubano que oyera esta expresión, sería como recordarle a su madre, pues los casi cincuenta años de sufrimiento del pueblo cubano se lo debemos en gran medida a la presencia de los bolos, o sea de los rusos en Cuba. El pueblo cubano, en su gran sabiduría, descubrió que los rusos eran como bolos, redondos, toscos y rudos, y así los bautizó. Por eso, al entrar una "flotilla" rusa, que no una flota, pues eran unos pequeños barcos artillados (al lado de los destructores, portaaviones y otros monstruos bolos que ellos poseen en sus flotas de guerra invasoras) en el puerto de La Habana, luego de estar en la Chavezuela bolivariana y en la Managua Ortega-sandinista, debe ser un espectáculo risible para los habaneros curiosos que ven nuevamente entrar a los militares rusos.

Por esta razón, algunos pusieron el grito en el cielo, pero no llegó muy lejos, pues esta es solo un intento del Zar Putin para echar una pulsada con los Estados Unidos, en su intento de recuperar una hegemonía ya perdida y un tanto añorada, que ahora el tiranuelo de Venezuela se empeña en azuzar, junto a sus alianzas con China e Irán, como punta de lanza contra el poderoso del Norte, que no pierde el sueño por esa presencia, pues como dicen los guajiros cubanos: "ése no es peo que rompe calzoncillo..."

Lo que ya es definitivo es que por muchas alianzas que Castro II y el Gorilón bolivariano quieran reestablecer para hacer nuevamente presente a los bolos rusos en nuestro hemisferio, el pueblo cubano no volverá a verse obligado a estudiar el horrible idioma ruso ni comer carne enlatada rusa.