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Cubaneo Cotidiano

¿REBELION EN LA GRANJA?

¿REBELION EN LA GRANJA?

Parece ser que después de la renuncia del Moribundo-en-Jefe y el traspaso de poder a Castro II, con su anuncio de eliminar prohibiciones como paso a una rectificación de errores del pasado (castrista), se está produciendo una "Rebelión en la Granja" (donde los animales se rebelan contra la opresión), parafraseando al escritor George Orwell (autor de "1984" y "Rebelión el Granja", obras de denuncia contra el totalitarismo comunista) con la celebración del Congreso de la Unión Nacional de Escritores y Artsitas de Cuba, más conocida como la UNEAC.

Y digo esto, porque dentro del espíritu de autocrítica y denuncia de los errores y arbitrariedades imperantes, han comenzado a levantarse (o a dejarse escuchar) voces disonantes, incluso entre los mismos dirigentes de la cultura cubana, entre los que se destacan Eusebio Leal, Historiador de La Habana, y Alfredo Guevara, exPresidente del ICAIC (Instituto Cubano del Arte y la Industria Cinematográficas), quienes se expresaron duramente contra los dogmas de la educación y la cultura.

Curiosamente, Leal, quien tiene dos de sus hijos en el extranjero (ver artículo anterior "Los Hijitos de Papá"), arremetió (sin querer queriendo, como diría el Chapulín Colorao) contra una tesis recién discutida en el Encuentro Nación y Emigración terminado hace apenas unos días, donde se hacían distinciones entre cubanos de adentro y afuera, y entre cubanos que apoyan la Robolución y quienes no la apoyan; y retomando las tesis martianas (del Héroe Nacional Cubano José Martí) de "con todos y para el bien de todos", se atrevió a  asegurar que Cuba era de todos los cubanos, los de dentro y fuera, y que no se podía quitar alegremente el nombre de cubano al que se fue, y dijo: "Yo no me avergüenzo de los que están fuera, porque mis hijos están fuera, y jamás me avergonzaré de mi condición de padre, ni jamás les quitaré a ellos el nombre de cubanos —ellos decidieron su camino— siempre y cuando no hagan armas contra la patria que los vio nacer".

Otros oradores, en distintas comisiones, pidieron aprovechar el acceso a las nuevas tecnologías, incrementar el uso de Internet, retribuir a los artistas de “modo justo” y eliminar los porcentajes leoninos que hoy cobran las agencias representaciones estatales, a las que obligatoriamente han de pertenecer, e incluso se escucharon voces a favor de que el Estado abandone el monopolio que hasta ahora ha tenido en determinadas esferas de la cultura. De estos planteamientos podríamos retomar y reinterpretar el dicho popular diciendo: "DIME QUE EXIGES Y TE DIRE QUE TE PROHIBEN".
Parece ser que los pollos, patos, guanajos (léase pavos), cerdos y otros animales del corral castrense ya no quieren seguir las directivas del Caballo y su yeguada. Para concluir, un corresponsal de un diario español comentaba en la noticia que: "El miércoles Fidel Castro envió un mensaje al Congreso. Fue leído: se cuestionaba si tenía “algún sentido” el empleo de las nuevas tecnologías en la vida cotidiana “que promete el imperialismo”, y advertía que cada invento será sustituido por otro “más efectivo y ya no puede siquiera garantizarse el secreto de lo que habla una pareja en un parque”. Y dijo más Castro: "todo lo que fortalezca éticamente la revolución es bueno, todo lo que la debilite es malo". Los delegados lo recibieron con una cerrada ovación y después siguieron con sus debates. Lo que traducido al lenguaje común, me atrevería a decir como que los delegados, habiendo escuchado el mensaje de Fidel, y como diciendo: "Ya te oímos, gracias", siguieron en sus debates, expresando todo lo que les preocupa, sin muchas esperanzas de cambio, pero al menos con la posibilidad de decir lo que piensan (cosa impensable en congresos anteriores), teniendo el consuelo de que el Mandamás-en-Jefe ya no manda más y por mucho que escriba y hable, ya su tiempo es cosa del pasado.
Personalmente pienso que estos son signos de una nueva época que los mismos que gobiernan hoy el país no saben hasta dónde llegará, pues hoy les exigen, pero mañana si no son escuchados empezarán a actuar de otra manera. Ya se comenzó a acabar el tiempo de los planteamientos dirigidos a dedo. Conocidos míos que asistieron a varios de esos Congresos me contaban que antes de los mismos se designaba quién debía tomar la palabra y qué debía decir, según el guión que le escribían en un papelito, parece que la época de los papelitos ya desapareció. A los que no han leído ninguna obra de Orwell, los invito a que lean "1984" y "Rebelión el granja", dos clásicos antitotalitaristas.

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