Blogia
Cubaneo Cotidiano

LAS APARIENCIAS SIEMPRE ENGAÑAN

LAS APARIENCIAS SIEMPRE ENGAÑAN

Al iniciarse la atractiva parafernalia de los Juegos Olímpicos de Verano, que este malhadado año se desarrollan en la China comunista, comenzando en una combinación numérica rateril, pues es el año de la Rata en el calendario chino, y se iniciaron el 08/08/08, muchos me han comentado: - ¿Viste que hermosa y espectacular la ceremonia de apertura de los juegos olímpicos...?

Y yo tuve que reconocer que sí, que las apariencias eran bonitas, pero que en realidad ocultaban la miseria en que viven millones de chinitos, la represión política que sufre el pueblo, la persecución religiosa (no sólo de católicos, sino también los musulmanes de la región de Cantón y varias sectas religiosas de raíz china), así como la uniformidad y horrible homogeneidad que mata a los hijos del antiguo Celeste Imperio.

Pero a todo ello se une la realidad de que, como no hay nada oculto que no salga a la luz, pues ahora sabemos que muchos efectos especiales que vimos en la susodicha ceremonia fueron falsos y pregrabados antes de la ceremonia y luego trasmitidos al mundo como si fueran realizados en ese instante, y para colmo y escándalo de todos, se ha sabido que la hermosa niñita que cantó (o que aparentó cantar) no lo hizo, sino que la que realmente cantó fue otra niña, gordita y con los dientes disparejos, que no fue digna de ser mostrada al mundo como imagen de hermosura china, en la maquillada y cosmética imagen que nos quieren vender del gigante comunista asiático, al que no se le debió conceder la sede de los juegos por su reconocida y continua violación de los derechos humanos.

A todo esto podemos agregar, que ante el olímpico vacío que viven las instalaciones olímpicas, se obliga a grupos masivos de personas a llenar las gradas y asientos para dar la imagen de que el pueblo chino, más allá del hambre y la falta de libertad que sufre, se siente atraído a disfrutar de los deportes que apenas se conocen en su país, y de paso se les invita a gritar, aplaudir y vitorear, siguiendo el guión predeterminado por el gobierno. Cualquier parecido con las marchas combatientes, los desfiles revolucionarios y las manifestaciones progubernamentales de la Cuba comunista, es pura coincidencia.

Como ven, no todo lo que brilla es oro, y las apariencias casi siempre terminan engañándonos...  

0 comentarios