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Cubaneo Cotidiano

DE LO SUBLIME A LO RIDICULO

DE LO SUBLIME A LO RIDICULO

Definitivamente hay gente que va de un extremo a otro, pero no de izquiera a derecha o viceversa, sino de lo aparentemente muy alto hasta lo ridículamente menos notorio e inadvertido. Y es que me ha llamado la atención el salto del famoso Alcalde de la ciudad capital inglesa, Londres, Ken Livingstone, más conocido como Ken el Rojo (nada que ver con el famoso vikingo Eric el Rojo, quien parece ser que tenía los cabellos de ese color), quien hacía ostentación por sus simpatías con El Jurásico Cubano y el Gorilón Bolivariano, quien acaba de ser derrotado en las elecciones. Tras pasar ocho años al frente de la Alcaldía de Londres, Ken Livingstone ha encontrado trabajo como conductor de un programa de radio en la emisora LBC de esta capital.

Livingstone, que el pasado día 1ro de Mayo perdió los comicios para un tercer mandato como alcalde, contestará desde este verano a las preguntas de los oyentes en un programa semanal. "Estoy encantado de unirme a LBC", dijo hoy el político laborista tras anunciarse su nueva labor en la radio. ¿Qué otra cosa iba a decir, que estaba encantado de haber perdido las elecciones? Eso ni pensarlo, y eso que sólo estuvo 8 años con la batuta londinense en la mano.
"Nadie conoce mejor esta ciudad y su gente", dice el director de la emisora de radio, y añade: "Ha visto a Londres en los mejores y peores momentos y ahora comparte sus opiniones y sus conocimientos" con los londinenses, añadió Richards.
"Ya sea que lo quieras o lo odies, Ken Livingstone nunca resulta aburrido", subrayó.

Esto me trae a la mente a otro exaltado que se creía omnipotente y eterno en el poder, sí me refiero al Mandamás-en-Jefe, el admirado dictador de Ken el Rojo, quien luego de casi 50 años en el poder, ahora vive la pesadilla del olvido, pues ni se le menciona acaso, ni aparece en la TV, ni agobia en las aburridas Mesas Redondas al cansado pueblo cubano, que vivía hastiado de tanta verborrea. Pero él ni corto ni perezoso, al perder al mejor escribidor de sus discursos, el famoso Gabriel García Márquez, decidió agarrarse a una pluma y autoconvertirse él mismo en escritor, y ahora no hay quien lo convenza de que una cosa es hablar mierda y otra escribirla, y por eso sus reflexiones de viejo cagalitroso no hacen más que alimentar los cestos de basura de los baños de los hogares cubanos, que a falta de papel higiénico, no tienen otra alternativa que usarlo para limpiarse el trasero.

Como Ken el Rojo, el Jurásico Decadente, cree conocer mejor que nadie a la Isla y a su gente, pero se equivoca, pues parece que se empeña en ignorar que la gente de Cuba está cansada de todo lo que huela a castrocomunismo en descomposición. Y aunque algunos tontos útiles todavía lo amen, lo mencionen y lo recuerden, más temprano que tarde, con el paso del tiempo, nadie se acordará de semejantes personajes. 

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